El viernes era mi
cumpleaños y decidí celebrarlo cogiendo un avión y pasando la mitad del día de
viaje… Pero mereció la pena. Cuando llegué a Ballyglunin salieron a recibirme
cuarenta chavales y entonaron un cumpleaños feliz que, la verdad, habría
emocionado a cualquiera. Desde el primer momento percibí alegría, y durante el fin de
semana que he pasado aquí he podido contrastar esa primera impresión: ¡Se lo
están pasando bomba!
El sábado amaneció relativamente despejado y, después
de desayunar, fuimos en autobús hasta Moher, donde se encuentran los acantilados más altos de Irlanda y uno de
los parques naturales más visitados del
norte de Europa. Durante el viaje pude hablar con unos y otros, y las
respuestas eran unánimes: “el año que viene repito”.
Después de dos días viendo como estos “enanos” hablan inglés,
maduran a pasos agigantados y disfrutan jugando, me entraron unas locas de quedarme y vivir esta aventura con
ellos. Además, lo he pasado tan bien, y me han demostrado tanto cariño, que creo que recordaré este cumpleaños el
resto de mis días.
Felicidades atrasadas Joaquín, qué alegría desde fuera comprobar que lo que vemos, allí se toca con mano.
ResponderEliminarMe imagino que la restante parte del día la pasaste intentando bajar a algunos a nivel del suelo, porque a veces me da la sensación de que anden a un metro del suelo. Bendita juventud.
ResponderEliminar¡Felicidades Joaquín !
He de decir, que a pesar de tantas cosas buenas que había escuchado sobre el colegio Tajamar, la realidad supera mis más altas espectativas.
Me siento muy agradecida y feliz de que mi hijo tenga la oportunidad de estar entre vosotros, y le doy gracias a Dios todos los días por ello.
¡Muchísimas gracias a todos!